Un cronista de LA GACETA describió en el ejemplar del martes 13 de marzo de 1923 las alternativas de la corrida del domingo 11, llevada a cabo en la plaza construida en un gran baldío de la esquina de Rivadavia y Marcos Paz. Era la cuarta lidia de las 10 que se autorizaron ese año en la capital tucumana. El dibujante Heredia hizo apuntes del espectáculo y así se ilustró la página.

“No defraudó la lidia las esperanzas de los aficionados. Se capeó cinco toros que dieron juego, embistiendo con la bravura que se puede esperar de la hacienda del norte”, comienza el texto, que añade que la cuadrilla, “mejorada considerablemente con la incorporación del ‘Pajarero’ (el torero Bartolomé del Valle), que secundó con eficacia al ‘Gitano’ (Lorenzo Pijuán) tuvo una actuación brillante. Hubo buenos pases, verónicas y varios pares de banderillas bien plantados, que agradaron a los espectadores”.

En estas lides se habituaba disponer de toros “mochos” (sin cuernos) para que los aficionados (llamados “expontáneos”) que se animaran los enfrentaran.

Recuerdos fotográficos: 1923. Corridas de toros en Barrio Norte

El cronista de la lid del ese domingo concluye: “Se dio dos toros para los aficionados al arte taurino, abundando los revolcones”.

El “Gitano” Pijuán y otros del equipo de toreros Juan ‘El Valencia’ Gómez y José ‘Litri’ Rodríguez), que recorrían varios países con el espectáculo de “simulacros de corridas” volvería en los primeros días de enero de 1930 para una corrida en el club All Boys (en la avenida Benjamín Aráoz), según cuenta LA GACETA del 4/01/1930.